En la fotografía de festivales, mi principal área de desempeño, el mantenimiento y limpieza de cámaras y objetivos, no solo es una buena práctica para alargar la vida y garantizar el buen resultado con su uso, sino que es una obligación debido a las condiciones de trabajo al airea libre; en playas, campo… y ante diversidad de condiciones climáticas. No obstante, lo siguiente es válido para cualquier tipo de fotografía, cámaras y objetivos.

Esta guía la he basado en mi experiencia y los procedimientos y productos que yo realizo con frecuencia sobre mis equipos. No es, en lo absoluto, la única forma de realizar estos procesos. Ni tampoco los únicos productos o accesorios a utilizar. Pero es lo que yo utilizo y el cómo lo utilizo, y durante más de 5 años, me ha dado muy buen resultado.  

Algunos de las herramientas y productos que utilizaremos a lo largo del proceso son los siguientes:

Voy a distribuir el texto en base a diferentes puntos o zonas de limpieza. Además, éstas responderán al orden que considero es el mas correcto para realizar el proceso de la mejor forma y sin que los pasos siguientes afecten de alguna forma a los ya realizados.

1.- Partes internas de la cámara: limpieza del sensor y el espejo

Como primer paso limpiaremos el sensor, una de las partes mas importantes y delicadas de todo el equipo. Para ello primero utilizaremos el propio sistema electrónico de limpieza que tienen la gran mayoría de cámaras. De esta forma conseguiremos que se desprendan de la superficie del sensor la mayor parte de partículas de suciedad y polvo. Puede ser de utilidad repetir un par de veces este procedimiento.

Una vez hecho esto, y con la cámara apagada, quitaremos el objetivo (o la tapa si no tenemos puesto objetivo) y con el espejo/sensor hacia abajo, utilizaremos la pera de aire para soplar por todo el interior que permita la apertura. Si bien debemos acercarnos lo mas posible para soplar, nunca introduciremos la punta del soplador mas allá de línea de conexión del objetivo. 

Nota: Es recomendable soplar 3 o 4 veces la pera hacia el exterior, antes de usarla dentro de la cámara, para evitar que partículas o polvo residual que se haya acumulado en la herramienta mientras no la usábamos, pueda ingresar al sensor o al espejo. 

Una vez soplado lo suficiente, e intentando mantener la cámara hacia abajo para evitar que vuelvan a ingresar partículas en suspensión del aire, procedemos a poner la tapa correspondiente. 

Nota: antes de volver a poner la tapa, y siempre manteniendo la cámara en posición ligeramente hacia abajo, podemos aprovechar para limpiar con un bastoncillo humedecido en alcohol (una gota es suficiente), los contactos de conexión entre la cámara y los objetivos. 

Con este procedimiento sería suficiente en la gran mayoría de ocasiones, para deshacerse de la suciedad común que se posa en el sensor y en el espejo. Sin embargo, si tras la limpieza rutinaria, se han seguido observando motas en las fotos resultantes (que no en el visor, ya que pueden ser del espejo), entonces habría que utilizar cualquiera de los métodos de limpieza del sensor que hay disponibles en el mercado.

Yo en particular, cuando he requerido hacer ese nivel de limpieza, he utilizado el sistema de bastones especializados y estériles como éstos. Es importante seleccionar los que mejor se ajusten al tamaño del sensor de tu cámara: Para Full FramePara APS-C. La duración de estos kits es de mucho tiempo, siendo que lo utilizaremos únicamente como último recurso de limpieza cuando todos los métodos anteriores sin contacto, sigan dejando alguna partícula en la superficie del sensor. 

El procedimiento de limpieza con bastones, si bien puede ser delicado y se debe hacer con muchísimo cuidado, es el menos invasivo de los sistemas de contacto directo, y el más simple de llevar a cabo en casa. Para hacerlo será necesario dominar el sistema de levantamiento de espejo de tu cámara y disponer de la carga de la batería por encima del 70%. Las instrucciones específicas de uso y limpieza, dependerán exactamente del producto que finalmente decidas utilizar. 

2.- Partes internas de la cámara: limpieza de ranuras, conectores y espacio de la batería.

Pasada la limpieza del sensor, ya no será necesario que la cámara tenga alimentación, por lo cual podemos retirar la batería. Aprovechamos también para retirar la tarjeta de memoria, en caso de tener alguna instalada. Así como también retiraremos todos los accesorios, cables, conectores y adaptadores que podamos tener colocados. 

Una vez con la cámara liberada de todos los accesorios y módulos, utilizaremos nuevamente la pera de soplar para, esta vez sí acercando o introduciendo el tubo lo más cerca posible, soplar en repetidas ocasiones dentro de todos los espacios abiertos que tenga nuestro equipo: ranuras para las tarjetas, conectores de cables, espacio para la batería, botones y ruedas de control, enganches para las correas, roscas de trípode, etc. Es recomendable que sujetemos la cámara de tal forma que la apertura o zona que estemos limpiando, quede hacia abajo facilitando la caída o salida de polvo, partículas, pelusas o residuos; por la acción del soplado. 

Cada zona o ranura que vayamos limpiando, la iremos cerrando. Tanto para tener claro por cual ya hemos pasado, como para evitar que el movimiento constante de la limpieza haga que vuelvan a recibir suciedad. 

3.- Partes externas de la cámara: limpieza del cuerpo

El cuerpo de cada cámara está compuesto de diferentes materiales. Plástico, goma, metales, cristal y combinaciones de éstos. Es importante conocer la composición de materiales de la cámara que vas a limpiar, para poder tomar la mejor decisión respecto a la forma de limpieza y los productos a utilizar, y a evitar. 

Nota: antes de cualquier limpieza que finalmente decidas aplicar, siempre es recomendable soplar con la pera todo el cuerpo de la cámara y pasarle de forma cuidadosa por todos los rincones, un pincel de limpieza suave de los que con frecuencia vienen en los “lápices de limpieza para cámaras”.

La solución de limpieza más versátil y aplicable a cualquier material es el tradicional paño de microfibra humedecido con muy poca agua. ¡Muy poca! Si embargo, esta forma de limpieza puede no eliminar todas las manchas, suciedad y residuos; de todas las partes de la cámara que constantemente tocamos y manipulamos. Es por esto que comentaré lo que yo utilizo y sobre que material o parte del cuerpo de mi cámara.

Partes de metal o aleaciones:

En el caso de varios modelos de Canon, por ejemplo, la base del chasis del cuerpo es de aleación de magnesio. En este caso se puede utilizar un paño de microfibra humedecido en muy poca agua. Si se requiere, por exceso de suciedad o residuos, se puede utilizar el mismo paño humedecido en un poco de alcohol de farmacia común. 

Partes de plástico (no transparente), goma o derivados:

En muchas cámaras y accesorios este suele ser el material más frecuente. También el que mas delicado puede resultar a la hora de aplicarle productos de limpieza. En particular el alcohol suele estar ampliamente desaconsejado sobre este tipo de superficies. Debido a sus propiedades desecantes, el alcohol puede volver blanquecinos algunos de estos materiales, debilitarlos, hacerles perder propiedades y flexibilidad (como en las gomas) e incluso hacer que se cuarteen y se rompan con el paso del tiempo. 

Es perfectamente válido el uso de un paño humedecido con agua para limpiar las partes y zonas compuestas de estos materiales. Sin embargo, es posible que, con el uso, el desgaste normal del contacto y la exposición al sol; no sea suficiente para proteger y devolver su apariencia original. Es por esta razón que en los últimos años he utilizado un producto de limpieza, protección y cuidado de plásticos y otros materiales para coches. Tras probar varias marcas y tipos de productos similares, he podido concluir que este de la marca Maddox, es el más versátil ya que puedo utilizarlo tanto sobre el plástico como sobre las gomas. Además, es un producto bastante barato, y que debido a las pocas cantidades que se deben utilizar en cada sesión de limpieza, puede durar muchísimo tiempo. 

La aplicación es sencilla: muy poca cantidad sobre un paño seco o algodón (que no deje pelusillas), pasarlo en círculos de forma suave por todas las superficies que corresponda. No requiere aclarado, se aplica directamente. Aunque es importante usar muy poca cantidad, ya que el producto debe ser absorbido por el material, y estamos hablando de zonas pequeñas en extensión y espesor.

Partes de cristal o plástico transparente (pantallas y visores):

Suele estar muy extendido el uso de alcohol, o limpiadores de pantallas basados en éste, para estas zonas de nuestras cámaras y en general en productos electrónicos. Sin embargo, yo una vez más lo desaconsejo totalmente. Estos cristales o plásticos, suelen tener un laminado y una capa para protegerlos del sol, del contacto constante y reducir la incidencia de las huellas en ellos. El uso frecuente de alcohol en estas superficies, acaba por disolver estos químicos y restarle propiedades al material. 

Lo ideal, es limpiar estas zonas con un paño de microfibra especial para pantallas en seco, o también ligeramente humedecido con agua si tiene manchas mas específicas. En este tipo de superficies por las cuales necesitamos poder ver, es especialmente importante primero soplar con la pera de forma repetida y pasar el pincel de limpieza suave, antes de limpiar por contacto. Si no retiramos bien todas las partículas, y directamente pasamos un paño, corremos el riesgo de arrastrar alguna de ellas y rayar el material de forma irreversible. 

4.- Objetivos y ópticas: lentes traseros y delanteros. 

La limpieza de los objetivos, como la del sensor, suele ser una de las delicadas. Pero a diferencia del sensor, los objetivos sean probablemente los componentes de nuestro equipo que mas manipulamos y que mas cuidados, limpieza y mantenimiento requieren.

En este primer punto hablaremos de su parte fundamental y también más sensible: las lentes. Es importante tener los materiales adecuados, en el caso de mantenimientos y limpiezas rutinarias, tomarse el tiempo suficiente para hacerlo.

Necesitaremos: un paño especial para cristales (como los de limpiar móviles) seco, otro paño igual pero disponible por si requerimos humedecerlo, el lápiz limpiador para objetivos con pincel suave y almohadillas de carbonopera de soplar y muy poca agua para humedecer el paño en caso de ser necesario.

Lo primero debe ser dar un barrido con el soplador a toda la superficie de la lente que limpiaremos, y a toda la zona que la rodee. Debemos hacerlo a conciencia, en esta ocasión, quitar la mayor parte de partículas, polvo, arenilla, etc. de la superficie del cristal; es absolutamente fundamental para evitar daños mayores. Una vez soplado, pasaremos a utilizar el pincel suave de nuestro lápiz limpiador, haciendo movimientos en un solo sentido, sin hacer ida y vuelta por la misma línea. Esto lo haremos también por los anillos que rodean y encajan la lente. 

Una vez hecho esto, debemos analizar si la lente tiene manchas o suciedad adherida al cristal o a simple vista se ve bastante limpio. Si tiene alguna mancha destacable (que no sean huellas o similares, sino mas notables) utilizaremos el paño seco haciendo movimientos circulares desde el exterior de la lente hasta el centro. Si se siguen viendo las manchas, probaremos con el paño de la misma forma, pero humedecido con muy poca agua. ¡Muy Poca! 

Finalizado este proceso, y como paso final de limpieza, pero también de protección, pasaremos a utilizar las almohadillas de carbono de nuestro lápiz limpiador. Estas almohadillas, cuando son de calidad, suelen estar diseñadas para tener gran movilidad y permitirnos seguir el proceso de limpieza en círculos desde el exterior hacia el centro de la lente. En principio bastará con una pasada. Pero se pueden dar dos si es una limpieza más a fondo. 

Nota: Las almohadillas de estos lápices limpiadores, no deben tocarse con los dedos nunca. Las mismas contienen un polvo muy fino de carbono que ayuda a limpiar y a proteger el cristal de las lentes. Si se tocan con las manos o los dedos, les estaremos dejando residuos de grasa y suciedad que pueden dañarlas y posteriormente dañar nuestras lentes. 

Nota 2: Estos lápices limpiadores, según la calidad de los que compremos y el uso que les demos, deberían reemplazarse una vez al año. O cada dos, si no los usamos con frecuencia. Aún así, durante el uso podremos notar cuando la almohadilla ya esta desgastada y no fluye sobre la superficie de la misma forma que cuando es nuevo. El sentido común puede advertirnos de que es hora de reemplazarlo.

Una vez finalizado estos pasos, ponemos la tapa que corresponda a la lente que acabamos de limpiar, y pasamos a la siguiente. Esto aplica igualmente para lentes delanteras como traseras. En el caso de las traseras, en el caso de ser móviles, debemos hacer la limpieza dejando la lente en la posición mas externa (mas salida) que nos permita. Y en el caso de tener aperturas laterales hacia los componentes del objetivo, debemos tener cuidado de no introducir nada por ellas. 

5.- Objetivos y ópticas: partes exteriores, anillos y contactos.

Para finalizar, es una buena práctica cuidar y mantener las partes exteriores de nuestros objetivos. En especial los anillos de enfoque y zoom, suelen desgastarse y deteriorarse por el contacto y el roce frecuente con las manos.

Al igual que en el caso del cuerpo de la cámara, dependerá del material del cuerpo de nuestros objetivos la decisión de cómo es mejor limpiarlos. Podemos aplicar exactamente la misma guía: Partes metálicas con un paño de microfibra humedecido en agua o alcohol; partes de plástico y goma con un paño humedecido en agua o el producto limpiador de coches que he mencionado anteriormente. 

Sea cual sea el caso, es importante realizar esta limpieza exterior, con ambas tapas del objetivo puestas, con la finalidad de evitar que alguno de los productos o instrumentos que utilicemos, toque las lentes y afecte en nuestro trabajo de limpieza anterior.

En el caso de los contactos electrónicos del objetivo, al igual que en los del cuerpo de la cámara, podemos usar un bastoncillo de algodón firme humedecido muy poco el alcohol de farmacia. 

Consejos y tips adicionales.

Como parte del mantenimiento y cuidado de nuestros equipos, podemos considerar también el almacenamiento cuando no los estemos utilizando. 

Lo más recomendable es mantener el cuerpo de la cámara sin ningún objetivo colocado. Con esto podemos prevenir que los contactos (sobre todo de los objetivos que son móviles) estén constantemente presionados y puedan acabar por fallar, soltarse o forzarse. Todo con sus correspondientes tapas protectoras, las cuales es ideal pasar la pera sopladora y el pincel suave por dentro, antes de colocarlas.

Mantener los objetivos en posición vertical, es una buena práctica especialmente en aquellos que cuenten con mecanismos de zoom móviles y aún más en aquellos con estabilizador óptico. Lo ideal, además, es apoyarlo sobre el lado que conecta con la cámara, ya que suele ser la estructura mas resistente y plana. 

Cuando vayamos a estar varios días sin utilizar la cámara, es recomendable dejarla sin batería en su interior. Incluso también sin tarjeta de memoria.

Las baterías deben almacenarse con entre 60% y 90% de carga. Además, es correcto mantener aislados y protegidos sus contactos y conectores. Lo más simple es ponerles el propio protector plástico que incluyen de fábrica.  

El mejor lugar para guardar el equipo es una estantería, abierta o cerrada, según las condiciones de humedad. Y, en cualquier caso, es recomendable dejar sobre dicha estantería algunas bolsitas de gel de sílice desecante, para controlar la humedad del espacio en cuestión. 


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